jueves, 22 de octubre de 2009

Nota sobre la Escuela de Boxeo para Jóvenes-Sur Capitalino

SUR CAPITALINO- Octubre 2009
Luchadores

En la Villa 21/24, la Escuela de Boxeo para Jóvenes abre las puertas a los adolescentes del barrio que estén dispuestos a entrenar con constancia, respetar las reglas y soñar con ser deportistas profesionales. Como Cachilo, que ya va camino a ello.

El hígado es como la estación de servicio. Si lo dañamos, no tenemos nafta”, explica el profesor, mientras dibuja con lápiz rojo una figura humana y muestra dónde está el órgano en cuestión. Unos treinta adolescentes escuchan atentos. Están aprendiendo que si quieren ser boxeadores tendrán que ser muy disciplinados: no abusar del alcohol, cuidarse en las comidas, descansar bien.
“¿Profe, podemos tomar anabólicos para ponernos más grandes?”, interrumpe uno. “Con eso dañás el corazón, los riñones y, lo que más te va a importar, tu sexualidad”, responde el entrenador, y todos parecen convencerse de que mejor no. Así marcha la clase, como
todos los días, en la Escuela de Boxeo para Jóvenes que la Fundación Temas ideó e instaló en la Villa 21/24.
Después de la lección teórica, es momento de ir a la práctica. Colchonetas para todos, y a hacer abdominales.
“Trajimos una nueva propuesta al barrio. Porque fútbol practicás en la placita, incluso paleta o básquet. En cambio para boxeo necesitás sí o sí un ámbito como este, que no vas a encontrar en la vida cotidiana”, compara Fabián Escalada, entrenador de la escuela y uno de los preparadores físicos de la selección nacional de boxeo. “¡El profe es un copado, no viene por compromiso!”, grita Jazmín al pasar, antes de tirarse al suelo a hacer flexiones al ritmo de la cumbia.
En un moderno gimnasio rojo y azul, con un ring y todo el equipamiento para la práctica de boxeo, más de sesenta chicos y chicas (ellas son mayoría) de entre 13 y 24 años toman clase regularmente.
“Pasó una cantidad enorme de pibes –aclara el profesor- pero el boxeo requiere de mucha constancia. Es un deporte que marca una disciplina clara. Si no te involucrás al cien por ciento no sos parte de esto. Los chicos que se quedaron es porque entendieron cómo son las reglas”.
Uno de los alumnos que se tomó en serio el entrenamiento es Raúl “Cachilo” Ortega. Se acercó a la escuela desde el principio, hace alrededor de un año. Tanta dedicación le puso al deporte, que acaba de hacer una presentación en la Federación Argentina de Box para ser aprobado como boxeador amateur.
“Es el primer paso grande que da la escuela”, dice el orgulloso entrenador.
Muchos de los compañeros de Cachilo se animan, de a poco, a pensar en el boxeo profesional. “Me gustaría hacerlo en serio alguna vez”, se entusiasma Jenny, y con esa idea en mente no se pierde ni una clase. “Hay algunos que lo toman como carrera deportiva para ellos, para ser boxeadores profesionales en algún momento. Y otros que empiezan a pensar en el profesorado. Le preguntan al profe qué estudió para poder hacer esto -cuenta Ayelén Merlo, coordinadora del proyecto-. La verdad es que los trayectos escolares y educativos de estos chicos están muy truncados y esto es un estímulo a retomar o a continuar”.
La Fundación Temas (trabajo, educación, medio ambiente, salud) lleva más de un lustro trabajando en la villa. Hasta ahora contaba con propuestas para los más chiquitos -apoyo escolar, promoción de lectura- y para las mamás, a través de la entrega de microcréditos.
“Nos quedaba este grupo: veíamos la necesidad de generar alguna propuesta de contención para jóvenes y adolescentes y pensamos en el boxeo como una herramienta, por todo lo que permite el deporte, el entrenamiento, la exigencia que requiere”, explica Ayelén, psicopedagoga.
La Escuela de Boxeo para Jóvenes está abierta de lunes a sábados, de 10 a 18.
Cualquier adolescente del barrio puede inscribirse. Pero antes de comenzar a entrenar debe hacerse un chequeo médico: hemograma, electrocardiograma, placa de tórax y revisación médica en el CESAC 35, y control odontológico en el consultorio Amor y Paz, por parte del equipo de dentistas de la Fundación Temas.
En un principio, fueron muchos los que cuestionaron la idea: ¿Boxeo en la villa? ¡Eso es demasiado violento! “Todo el que desconoce lo que es este deporte dice que es violento -relata Fabián- Pero tiene reglas muy claras que fomentan por sobre todas las cosas el respeto mutuo.
Cuando termina una contienda, amateur o profesional, en cualquier país, bajan los dos y hasta se cambian en el mismo vestuario, no hay ningún problema. Acá pasa lo mismo”. El clima que se percibe en el gimnasio le da la razón.
La escuela ya forma parte del barrio. Y aunque el entrenamiento ocurre puertas adentro, la Fundación organizó un festival para mostrar todo lo aprendido. Se instaló el ring en una canchita de la zona y se realizaron rounds con boxeadores de un gimnasio de Palomar. Aunque todavía falta para el segundo festival, a diario dentro del gimnasio también hay algo de público. Los más chiquitos, aún demasiado menudos para el boxeo, observan atentos. Como Ayelén. Tiene ocho años y es la prima de Jazmín, una de las adolescentes que hace ejercicios en el piso. Sin quitarle la vista de encima responde que sí, que le gustaría practicar boxeo cuando sea más grande. No usa la palabra, pero habla de futuro.
Y no es poca cosa.

Por Luciana Rosende

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